Para entender lo que voy a contar tenemos que escuchar la historia y
entenderla viendo más allá de lo meramente físico y sanitario. Debo
empezar diciendo que Ender, así se llama mi perro, es un mestizo muy
nervioso, y por aquel entonces bastante más desconfiado y reactivo ante
situaciones nuevas y desconocidas para el, bien fueran personas,
animales, ruidos y un largo etc.
Tras un largo
paseo por el monte en mi pueblo, regresé a casa sin Ender, algo que
alguna vez había ocurrido, pero que no era lo habitual. Según llego a
casa suena el teléfono, y me dicen que Ender está tirado en el suelo,
inmóvil, con muchas heridas,en un lugar determinado y que no deja que se
acerquen a el. En ese momento, y todo el que tenga animales podrá
entender cómo el humano puede llegar a sentirse. Sin dudar más, me monto
en el coche, y de todas las personas que estaban conmigo decido que
venga Eva conmigo a por el, no solo por sus conocimientos veterinarios,
si no más bien porque sabía que Eva no iba a permitirme bajo ningún
concepto entrar en pánico, y que por su estado de calma era la persona
idónea para traerlo en casa.
Cuando llegamos
donde Ender estaba, no valía de nada, el decir , el pensar pobrecito,
que pobre..... Nada. Lo primero que me decía cuando nos acercamos era
mantén la calma, acércate despacio, no pienses más que en ya lo tenemos,
y todo va ir bien. Ella le estaba haciendo señales de calma a Ender,
cosa que entendió a la perfección. Ender permitió que ella se acercara a
tocarlo, acariciarlo y darle confianza y cariño.
Las heridas eran varias y de distintas magnitudes, mordidas en
cuello, varios agujeros, tenía restos de sangre por el cuello, hocico,
lomo, pero lo más preocupante eran las mordidas que tenía en la zona
genital y la mandíbula perfectamente definida y marcada del/los
mastín/nes que andaban relativamente cerca cuidando el ganado. Le habían
cazado bien. La pata trasera derecha estaba negra del coágulo de sangre
y muy muy hinchada. Heridas en los genitales como dije y en el vientre.
La imagen era devastadora.
Me deje guiar
en todo momento por el criterio y la experiencia de Eva. Ella insistía
en calma, calma, si tú estás tranquilo, Ender se cura. Tranquilo. Y eso
hice, mantener la calma. Aunque no lo creais, yo estaba tranquilo.
Eva con muchísimo cariño palpó a Ender, miro a ver si había algo
roto, hueso, músculo, tendón. No había desgarro interno. Con semejante
inflamación que tenía era casi imposible saberlo. Ella me dijo que no
había nada roto, y que pese a la aparatosidad de la situación Ender solo
necesitaba descanso, y reposo.
Lo bajamos a
casa, y seguí sus consejos al pie de la letra. Me recomendó que no
bajará a Ender a hacerle placas hasta pasados unos días, dado que tal
cual tenía la pata de negra e hinchada posiblemente no se vería nada y
que esperara al día siguiente a ver su evolución. Que cualquier
movimiento forzado sería contraproducente para el, dado que en principio
no había observado rotura. Me recomendó que dejara a Ender tranquilo,
no lo molestará para nada, que el solo se pondría "en modo curación" y
que no iba a gastar energía más que en curarse, ni tan siquiera en
comer. Así fue, su juicio clínico fue acertado. Ella entendió
perfectamente a Ender, verlos juntos era increíble, no llego a entender
cómo ambos, Eva y Ender se entendieron.
Ender, desde su lugar de reposo, era el que nos hacía señales de calma a
nosotros, los humanos, como queriendo decir, estoy bien, no os
preocupéis, solo necesito estar así, el tiempo que necesite.
Durante los 4 días siguientes no comió, no hizo ninguna
necesidad vital salvo que recuperarse. Al par de días lo lleve a centro
veterinario y efectivamente no tenía nada roto, y sus heridas
cicatrizaban a una velocidad increíble.
Los
siguientes días fueron de reposo absoluto. El mandaba lo que quería,
poco a poco pedía ir a la calle y los 10 días estaba otra vez corriendo.
La verdad, creo que sí no hubiera estado Eva conmigo todo hubiera
sido distinto. Empezando desde el minuto 1, entrando en pánico y
estando nervioso, Ender, hubiera estado nervioso, y estoy seguro que
hubiera tardado más en curar, debido sobre todo a mi stress. Eva
entendió muy rápido la situación e hizo que yo la entendiera. Aprendí a
escuchar a Ender. Muchísimas gracias. Estaré siempre agradecido.
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