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Mostrando entradas de julio, 2020

El vínculo animal como recuerdo del ser humano social

"Las grandes ciudades surgieron en el último siglo, pero nuestra vida social es la misma que hace cien mil años."  Robin Dunbar Una de las mayores enseñanzas que me han ofrecido la adopción/acogida de animales en mi propio núcleo familiar, el trabajo en clínica de pequeños animales y mi participación activa en y con asociaciones de protección animal, ha sido cómo, sólo desde la conciencia propia , se realiza la introducción de un cachorro con éxito. Cuando algunos de los pasos más sencillos de autoconocimiento no se dan bien, pueden no sólo llevarnos al fracaso en la adopción, sino al fracaso en la educación de nuestro compañero y a que este no adquiera los aprendizajes necesarios para desenvolverse en un mundo donde la mente humana, su velocidad y la escasa conexión en nuestros hemisferios cerebrales, nos conducen a generar nuestra realidad en el día a día desde el estrés y la ausencia de "auto-conciencia". Esto le y nos "perseguirá durante toda la v

Aprendiendo a hablar "perro" para convivir y crecer junto a nuestro cachorro

Nuestros compañeros animales nos muestran con sus actos y su vínculo emocional, que, aunque también seamos jerárquicos por naturaleza, somos seres sociales cooperativos diseñados para interactuar y vincularnos entre nosotros.  Que necesitamos acariciar y ser acariciados, sonreír, jugar, expresar nuestras emociones. Que podemos re-aprender a respetarnos.  Nos recuerdan que somos seres sociales. Tantas veces decidimos "adquirir" un cachorrito, bien comprándolo o bien adoptándolo desde un refugio. Podemos hacerlo bajo un análisis profundo de sus requerimientos y nuestras posibilidades. Pero también lo hacemos únicamente pensando en la ilusión que nos hace tenerlo. O lo que es aún menos consciente, presentándolo a nuestros hijos como un regalo porque "quieren un perrito" cuando esos niños no son (y muchas veces como adultos nosotros tampoco lo somos) aún conscientes de que los animales son seres vivos y no objetos. Y tampoco somos realmente conscientes de