Llegamos a Eva a través de nuestro gato Patitas. Él estaba en un proceso de leucemia felina muy avanzado, y estaba siendo muy difícil saber con qué medicinas o tratamientos, podíamos acompañarlo mejor. Patitas era un gato que no soportaba ir al veterinario hasta tal punto que su estrés nos llevó a ser muy precavidas en cuándo y adónde lo llevábamos, y entonces empezamos a afinar la mirada. Lo mismo con la medicación: costaba mucho encontrar la manera de esconderle la medicación en la comida y no la descubriese, o si teníamos que darle sí o sí, teníamos que forzarle mucho y después se volvía distante y desconfiado, lo que acababa por tener un efecto inverso al que queríamos, estaba todavía más estresado y tenso, y eso seguro no le ayudaba a encontrarse mejor. Sin darnos cuenta Patitas con su actitud, nos estaba llevando a otra manera de acompañarle, y entonces llegamos a Eva. Recuerdo el primer día que hablamos por teléfono y le estábamos contando lo difícil que era darle la medicación que nos habían recetado y Eva, en aquel momento, hacernos la pregunta: ¿Qué te está diciendo el animal con esto? Esa fue una pregunta clave para abrir una puerta dentro nuestro y abrir la mirada hacia una sabiduría que ya estaba dentro de nosotras, pero que no nos estábamos atreviendo a escuchar. Patitas sabía perfectamente lo que necesitaba y quería, y nosotras solo teníamos que escuchar y ponernos a su disposición, usando los recursos que Patitas sí aceptaba. Ahí empezaron a aparecer los sonidos de sound&life, las flores de bach... y sobre todo la presencia y la escucha: de Patitas y su proceso, pero también de nosotras mismas, y de nuestro sistema familiar. Qué se nos estaba moviendo a nosotras con la enfermedad de Pati? ¿Qué informaciones de miedo, culpabilidad, prejuicios se nos activaban en el proceso que estábamos viviendo y que sin duda estaban interfiriendo en el proceso?... y en nuestras vidas. El proceso de muerte de Patitas nos estaba conectando a la vida, cómo acompañar a la muerte a Patitas se estaba convirtiendo en un gran aprendizaje de vida. Y esta nueva manera de acompañar a nuestros animales y acompañarnos a nosotras mismas con toda la información que a través de ellos nos llega, fue anclando en nosotras, casi sin darnos cuenta, de forma orgánica y natural. Y Eva ha estado ahí recordando y redirigiendo la mirada, hacia esa sabiduría, del animal y nuestra, reactivando esa sensibilidad que nos permite acceder a ella. Y nos ha puesto a nuestra disposición una cantidad de recursos y saberes enorme para acompañar, con mucha coherencia y amor, todos los procesos que hemos ido viviendo junto a nuestros animales. Gracias Patitas por traernos este grande aprendizaje con todo tu amor, y gracias Eva por guiar ese aprendizaje en nosotras con tanto amor y respeto, que las puertas se han podido abrir con las mínimas resistencias y quedarse en nosotras. Después de la muerte de Patitas, muchos otros animales han llegado a nosotras y tenemos la suerte de poder contar con Eva en muchas ocasiones. Cada vez que tenemos dudas y situaciones en las que sabemos que su mirada experta nos aportará informaciones valiosas, recurrimos a ella. Pero lo que Eva nos ha dado por encima de todo, es el camino a la llave de oro: sentir la confianza en nosotras y en la vida misma para escuchar y acompañar a nuestros animales, lo que nos permite a su vez, dejarnos acompañar y guiar por ellos. Mil gracias Eva, por tanto!
Comentarios
Publicar un comentario